El Autentico Sombrero de Panamá


El sombrero es una prenda de vestir que generalmente se emplea para protegernos del sol, en nuestro país los hombres del campo utilizan un tipo de sombreros conocidos popularmente con el nombre de “sombrero pintao”.

Para su confección se utilizan habitualmente fibras naturales de junco, bellota o pita, propias nuestro clima. El color oscuro de sus franjas se obtiene de la planta chisná, cuyas hojas se hierven junto a las fibras que han de ser teñidas; todo este proceso se lleva a cabo manualmente, empleando técnicas transmitidas de generación en generación. La calidad de estos sombreros se define por la cantidad de vueltas que el mismo tenga; así, hay sombreros más sencillos de 15 vueltas o menos y finísimos de 16 hasta 24 vueltas, los cuales son mucho más costosos. Por ejemplo, el sombrero pintao de 16 vueltas puede costar de unos 150 hasta 500 dólares.

En el interior del país se confeccionan otros tipos de sombreros utilizando diferentes materiales tal es el caso de; los blancos en las provincias centrales, el de junco de tono crema en Veraguas, Los Santos y Coclé y el de palma de hilar, en el norte de Santa Fe de Veraguas.

Según las pintas que tenga el sobrero se dividen en: el pinta mosquitos, lleva muchas pintas negras en las criznejas; el blanco, también conocido como sombrero “ñopito”, es totalmente blanco y, de acuerdo al gusto del comprador, puede llevar una pequeña pinta negra a un lado de la copa; el junco, que es muy resistente y se hace con la fibra de junco al natural; el “pintao” es uno de los más cotizados. Se llama así no porque se hace en La Pintada, sino porque lleva una combinación de pintas blancas y negras.

El conocido como pepita de guate se teje insertando la bellota negra en medio de la bellota blanca.

El de talco se parece al sombrero “pintao”, su diferencia radica en que éste tiene un solo talco en lugar de dos; y el tumba hombre, lleva una combinación de pintas negras en forma redonda en la plantilla, copa y ala.

Además de estos, hay otros tipos de sombreros, como el reatilla, el talco plumilla y el talco encontrado. Estos sombreros han logrado convertirse en parte importante del atuendo típico del varón panameño y de nuestras mujeres, como por ejemplo cuando visten el atuendo de la montuna, además cuando se acicalan para cantar y asistir a las cantaderas.

No existen parámetros de protocolo para su uso, se puede utilizar tanto como prenda para una ocasión de gala, como también puede se usado en el día a día, sin trastocar la costumbre o el patrón folclórico del uso del sombrero tradicional.

La forma de llevar el sombrero y plegado del ala del mismo revela una expresión cultural, además del ánimo de quien lo lleva, conservando las siguientes peculiaridades:

1. Doblez del ala en la parte frontal y posterior del sombrero: característica popularizada; como sombrero “a la pedrá”, se atribuye a que quien lo porta es una persona de éxito que se encuentra en el esplendor y beneplácito de su vida, también es sinónimo de encanto masculino y destreza al pelear.

2. Doblez del ala en la parte posterior del sombrero solamente: su portador es considerado una persona intelectual y con vastos conocimientos en una determinada ciencia o saber.

3. Doblez del ala en la parte frontal del sombrero solamente: indica que quien lo luce es un hombre mujeriego, presto para conquistar a una dama.

3. Ausencia de Doblez en el ala del sombrero: no se le atribuye ningún significado, se utiliza durante la faena para protegerse de los rayos del sol.

4. Ausencia de Doblez, inclinando la parte frontal del sombrero hacia adelante: quien lo lleva se encuentra decaído, consternado, afligido, su uso es muy común en las personas que se encuentran atravesando por un duelo.

En la actualidad los artesanos que confeccionan estos sombreros se encuentran tratando de organizarse a fin de obtener mejores dividendos, ampliando sus mercados, vendiendo sus productos sin intermediarios e incluso lograr la exportación de estos finos y hermosos sombreros.

Es importante indicar que para la preservación de esta legendaria tradición de elaboración de estos sombreros, no sólo se debe proteger y cuidar la misma como patrimonio cultural estableciendo parámetros y normas para su conservación, preservación y difusión, además es necesario instituir una política dirigida a salvaguardar la flora que es la materia prima en la confección de los sombreros.

Actualmente se encuentra en la Asamblea Nacional de Diputados el Proyecto de Ley 298, cuyos proponentes son los Honorables Diputados Dana Castañeda, Luís Eduardo Quirós, Raúl Hernández y Jorge Arrocha.

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